He entrado en una iglesia
Y no he visto a nadie,
Sólo la mirada apagada del yeso de las estatuas.
Conozco un lugar donde no hay nada por encima,
Todavía pienso en ti.
Debería haber desconfiado de los vientos arremolinados,
De esas piedras que tallan escondidas bajo el agua que duerme,
De esos pequeños riachuelos que se convierten en puertos,
Todavía pienso en ti.
Me habían dicho que todo se borra,
Felizmente el tiempo pasa.
Habré aprendido que se necesita mucho tiempo,
Mas el tiempo pasa, felizmente… Felizmente.
He cruzado al mendigo que perdió su ruta,
En mi abrigo de lluvia me parezco un poco a él.
Y luego tengo tu imagen plantada en mis ojos,
Todavía pienso en ti.