Ella cambiaba las sábanas del hotel,
Las marcas de los dedos sobre los cestos de basura,
Pequeña golondrina en medio de los cuervos,
Ella cantaba “Desperado”.
Yo, tenía retraso con el sueño,
El sol se me había adelantado ;
Ella, del otro lado del corredor,
Hacía cantar los espejos.
Yo he pasado una hora de su vida,
Una hora bajo el sol de Argelia,
Bajo el curso de los planetas ;
Hay momentos en que extraño…
Detrás de sus párpados semicerrados,
Veía más gris que rosa;
Cuando me fui, comprendí
Que perdía algo.
Esos niños que no hacen nada en la escuela
Y que tienen los bolsillos llenos de tubos de cola…
De todas formas, nadie te ayuda
Cuando te llamas Said o Mohamed.
Es el cielo de chapa ondulada para siempre,
Es la ventana sobre el tercer patio,
Son los oídos llenos de los gritos de las vecinas
Y las horas de mal sueño.
Mas, si hay alguien alrededor que comprenda
El mal francés, el musulmán,
Bajo el curso de los planetas,
Sería bueno que se preocupara
Antes que sus párpados exploten
Y que tomen ese gris en sobredosis.
Cuando me fui, comprendí
Que se podía hacer algo…
Tú envías diez francos
Para los niños del Ganges,
Porque has visto fotos que molestan.
Envías diez francos
Para los niños de otros lugares,
Porque has visto fotos que dan miedo.
Y ella a quien cruzas en la puerta de tu casa…
Ella a quien cruzas en la puerta de tu casa…
Desde que volví a Marsella,
Sus amigos no tienen noticias,
Hay demasiadas golondrinas,
O demasiados cuervos
Ella ha debido cambiar de gueto.
Yo, yo creo más bien que ella
Cambia las sábanas de otro hotel,
Otras marcas de dedos
Sobre otros cestos de basura,
Del otro lado de otro corredor,
Ella debe hacer cantar los espejos…
Cantar los espejos…