Vivo en una casa sin balcón, sin techo,
Donde ni siquiera hay abejas sobre los frascos de mermelada.
Ni siquiera hay pájaros, ni naturaleza ;
Ni siquiera es una casa.
He dejado al pasar algunas palabras sobre el muro
Del corredor que desciende al parking de los autos,
Algunas palabras para los grandes,
Ni siquiera injurias.
Si alguien las escucha…
Respondedme.
Respondedme.
Mi corazón teme amurallarse entre sus torres de hielo,
Condenado al ruido de los camiones que pasan,
Él que soñaba de campos de estrellas, de collares de junquillos,
Para colgar sobre los hombros de las chicas.
Mas la mañana os lleva corriendo hacia vuestros hábitos
Y al anochecer, vuestro bosque de antenas esta enchufado a la soledad.
Y aunque brille la luna llena,
Y que sople el viento del sur,
Vosotros, vosotros no lo escucháis.
Y yo, veo pasar sus perros magníficos de ojos de hielo,
Llevados sobre cojines que los dueños besan.
Para rozarse la mano, se necesita una clave,
Para rozarse la mano.
Respondedme,
Respondedme.
Mi corazón teme atascarse en tan poco espacio,
Condenado al ruido de los camiones que pasan,
Él que soñaba con campos de estrellas y lluvia de junquillos,
Para refugiarse en los hombros de las chicas .
Mas la última de las hadas busca su barita mágica,
Mi amigo, el riachuelo, duerme dentro de una botella plástica,
Las estaciones se han quedado al pie de los árboles sintéticos,
No hay más que yo.
Y yo, vivo en una casa sin balcón, sin techo,
Donde ni siquiera hay abejas sobre los frascos de mermelada.
Ni siquiera hay pájaros, ni naturaleza ;
Ni siquiera es una casa.